Consejos de Feng Shui para un espacio equilibrado
Entrar en una habitación y sentirse en calma puede ser el resultado de un diseño cuidadoso y de la aplicación de algunos principios de Feng Shui, una antigua práctica oriental que busca mejorar la armonía entre las personas y su entorno.
Hay veces en las que entramos en una estancia y empezamos a sentirnos en paz en el momento, como si cada elemento estuviera en perfecto equilibrio y el ambiente invita a relajarse y dejarse llevar.
Esta sensación de bienestar casi nunca es casualidad, sino el resultado de aplicar principios de Feng Shui. Pero, ¿Qué secretos esconde esta antigua práctica para transformar un hogar en un refugio lleno de energía positiva? Mira cómo con unos pequeños cambios en la decoración, se pueden mejorar de forma significativa las vibraciones de un espacio.
La esencia del Feng Shui
El objetivo de este arte milenario es conseguir que las personas y el entorno estén en armonía. La idea es que el espacio refleje un equilibrio y permita que la energía, conocida como “chi”, fluya con la máxima libertad. ¿Cómo se consigue esto?
Orden y claridad, primer paso hacia el equilibrio
Es importante empezar por deshacerse de todo lo innecesario. El desorden es uno de los peores enemigos del “chi”, ya que bloquea su circulación y crea estancamientos. Por eso, un primer paso para mejorar es hacer una limpieza profunda y quedarse solo con lo que tiene utilidad o nos hace felices. Este simple acto puede hacer que la estancia respire, y tú con ella.
La importancia de la entrada
La puerta principal es el lugar por donde entra la energía a tu hogar. Asegúrate de que está limpia, bien iluminada y libre de obstáculos. Elementos como un felpudo acogedor y una planta cerca pueden actuar como un cálido saludo, tanto para el “chi” como para los invitados.
Equilibrio en la decoración
El Feng Shui no consiste en seguir un estilo decorativo concreto, sino en encontrar el equilibrio. Hay que usar los cinco elementos (madera, tierra, metal, agua y fuego) para crear una sensación de plenitud. Por ejemplo, si tienes una habitación con muchas plantas, equilíbrala con objetos metálicos o tonos tierra.
Colores y texturas
El color tiene un impacto significativo en las emociones. El Feng Shui se basa en colores específicos para potenciar diferentes aspectos de la vida. Los tonos azules y verdes promueven la tranquilidad y la salud, mientras que los rojos y anaranjados estimulan la pasión y la energía, por poner algunos ejemplos. La idea es elegir colores que reflejen lo que quieres atraer a tu vida.
La disposición del mobiliario
La forma en la que se disponen los muebles también afecta al flujo de energías.
Evita colocar muebles de espaldas a las puertas, y procura que haya un fácil acceso a cada habitación. La posición de la cama es fundamental, hay que ponerla de tal manera que se tenga una vista clara de la puerta, pero que no esté directamente frente a ella.
Espacios agradables y funcionales
Cada objeto en el hogar debe tener un propósito y un lugar. Esto no solo contribuye al orden, sino que también crea espacios agradables y funcionales. Piensa en cómo usas cada estancia y organiza el mobiliario para apoyar estas actividades.
La cocina, un lugar de abundancia
En el Feng Shui, la cocina representa la abundancia y la salud. Hay que mantenerla limpia y ordenada, poniendo frutas frescas sobre la encimera para simbolizar la riqueza. Además, los electrodomésticos deben funcionar de forma correcta porque los objetos rotos pueden simbolizar aspectos descuidados de la vida.
El baño, santuario personal
El baño es la habitación en la que nos purificamos, por lo que hay que mantenerlo limpio y en orden. Usa colores suaves y asegúrate de que haya suficiente luz. Las plantas pueden ayudar a purificar el aire y aportar un toque de vida.
Un hogar en equilibrio es un hogar feliz
Aplicar el Feng Shui es algo personal y creativo, no un conjunto de reglas rígidas. El objetivo es crear un refugio que refleje lo que somos y nos permita vivir en armonía.