Trompetas de la muerte al ajillo

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Es un miércoles de octubre. Los primeros escalofríos los ha provocado algo que no es verano. Los árboles están rojos y dorados, y tienen hambre. Un cielo azul al que se le acaba el tiempo atraviesa la escasa luz. El paso del invierno al verano puede parecer una transición en Estocolmo que se hace de un tirón. Pero aquí, el otoño se produce de una manera que la primavera no consigue. El aire ligero y floral se ha ido, perfumado con la dulce hierba de la piña y la castaña. Pero no menos tentadora es su sustitución. La ligereza da paso a la profundidad. La humedad asentada hace que se aprecien las fragancias más profundas del mundo. Un aroma que insinúa la llegada de la fruta a otro tipo de vida.
En mi caso, lo que más me entusiasma es la llegada de las setas a la temporada en esta época del año, más incluso que las calabazas y los calabacines, las peras y las manzanas. En cuanto a sabor y textura, no sólo son singulares, sino que muestran el carácter del otoño a la perfección. Un rico juego de la estación entre la decadencia y la regeneración.

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Empezaremos con la preparación de la costra de hierbas, que en la jerga culinaria se llama vienesa (si quieres flipar un poco…). Así que se empieza sacando la mantequilla con antelación de la nevera para que esté muy, muy pomada a temperatura ambiente. Luego, para obtener una especie de pomada verde, ¡combinas esta mantequilla con todos los demás componentes! Reservar a temperatura ambiente.
Para eliminar los trozos de grasa y darles una buena forma, coge tus filetes de pollo y recórtalos bien. Incorpora la sal y la pimienta. En un bol se ponen unas ramitas de tomillo y un diente de ajo cortado en trozos. Extiende uniformemente la viennoise de hierbas sobre tus filetes de pollo. Toda la parte superior del pollo debe cubrir el «ungüento». Coloca tus filetes sobre las ramitas de tomillo y ajo y hornea a 100 grados durante 50 minutos. Pasa 4 minutos en el punto de la parrilla muy caliente en el último momento para dorar la costra de hierbas.
Caliente un poco de mantequilla en una sartén. Ponga el ajo picado y la chalota, y deje que se derrita suavemente. Incorpore los champiñones y dórelos. Dependiendo de las setas disponibles, esta receta se puede hacer en todas las estaciones, por lo que hay que seguir los métodos de limpieza de cada seta. Desglasee con un caldo de pollo limitado (casero o en polvo diluido en agua). Dejar que se reduzca y añadir un poco de polvo de setas, como, por ejemplo, polvo de boletus. Dejar que la salsa se caliente unos minutos para que espese. Sazonar si es necesario.

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Las setas Trompeta Negra son de pequeño tamaño, de 2 a 15 centímetros de altura por término medio, y tienen una delicada forma de embudo o jarrón con un sombrero con bordes rizados y ondulados en el exterior. Las setas de trompeta negra varían en color desde el marrón, el negro y el gris, crecen en pequeños racimos u ocasionalmente se encuentran de forma individual, y se distinguen por la falta de branquias en la parte inferior del sombrero. Con una textura parecida a la del ante, la piel es fina, lisa y ligeramente arrugada. Puede haber algunas escamas diminutas dentro del capuchón, y el tallo es hueco y frágil también. El aroma dulce y amaderado de las setas Trompeta Negra es intenso y tiene una textura suave pero masticable con un sabor espeso, a nuez y ahumado.
Botánicamente pertenecientes al género Craterellus, las setas Trompeta Negra pertenecen a dos grupos, Craterellus cornucopioides, que suele encontrarse en Europa, y Craterellus fallax, que prevalece en Norteamérica. Las setas Trompeta Negra, también conocidas como Cuerno de la Abundancia y Trompeta de la Muerte, están estrechamente relacionadas con los rebozuelos y son una verdadera seta silvestre, ya que su cultivo doméstico es difícil. Las setas Trompeta Negra, que se encuentran con mayor frecuencia en los suelos húmedos y musgosos de los bosques, suelen ser muy difíciles de encontrar en la naturaleza, ya que se mimetizan con su entorno y aparecen como pequeños agujeros negros en el suelo del bosque. La textura delicada y el sabor ahumado de las setas Trompeta Negra son los preferidos y se utilizan en platos ligeramente aromatizados como acento o guarnición.

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¿Has pensado alguna vez en esto? ¡Estoy listo para morir después de esta experiencia! A mí me ha pasado unas cuantas veces en mi vida..: Fleetwood Mac en la radio del coche, mi amada atravesando las curvas de la Costa Brava, el olor de los pinos y el mar… Aaaahhh. El nacimiento de mi hija y su cálido primer contacto… fragilidad y humanidad en una pequeña criatura. Nadar y saltar con los delfines en un crucero que me lleva a la isla y el sol está saliendo…
Uno de estos momentos hoy ha iluminado mi vida:D. ¡¡¡Una experiencia sensorial para el paladar!!! Fleetwood Mac y su hermosa canción: Storms (pon el reproductor)¿Ves la gota del envoltorio del Jamón Ibérico de Bellota? ¡¡¡Es uno de los aceites esenciales para la VIDA!!! Mientras rellenaba los salmonetes con las setas y los cubría de jamón, hice esta foto… ¡¡¡el olor ya me estaba matando!!!
He hecho una nueva salsa romesco, he tomado un poco de jamón ibérico de bellota, y como por fin ha llegado el otoño…. He utilizado unas Trompetas de la Muerte (una seta: Craterellus cornucopioides). Si no encontráis estos ingredientes, no os preocupéis en absoluto, el jamón se puede sustituir por unas lonchas de bacon (aunque